Descubre el Festival de las Cometas en Fuerteventura

Desde 1987, cientos de profesionales y amantes de las cometas se reúnen en noviembre en el Parque Natural de las Dunas de Corralejo en Fuerteventura, donde las dunas de arena blanca se encuentran con el mar en tonos infinitos de azul.

Durante una semana, el cielo se llena de velas coloridas e imaginativas que bailan impulsadas por el viento, creando escenarios sorprendentes.

En el Festival Internacional de Cometas de Fuerteventura podrás admirar una multitud festiva de cometas de diversas formas: peces, osos, delfines y animales de todo tipo.

No faltan cometas que representan personajes de dibujos animados, o velas que reproducen todo tipo de objetos: corazones, estrellas, arcoíris, así como brujas, Minions y Superhéroes.

 

30 años de Festival Internacional de Cometas en Fuerteventura

El festival ha alcanzado su trigésima edición, ganando tanta relevancia que se ha convertido en un evento internacional al que asisten entusiastas de las cometas de todo el mundo.

Durante todo el evento, puedes presenciar el vuelo de cometas de diferentes tipos, formas y colores surcando el cielo azul de Fuerteventura.

El evento ha presentado espectáculos con cometas clásicas y estáticas, además del tradicional combate de cometas Rokkakus.

Cada año, el evento alcanza su punto máximo durante el fin de semana para permitir que turistas y lugareños disfruten del programa completo del festival, que incluye un taller de vuelo de cometas para los más pequeños y una cautivadora exhibición nocturna.

 

Volver a ser niños gracias a las cometas

Hacer volar una cometa es una forma divertida y educativa de pasar el tiempo, especialmente si la alternativa es recostarse en el sofá con una tablet en la mano.

Y esto aplica tanto para adultos como para niños: correr al aire libre, jugar con una simple cometa, jugar con el viento, es un antídoto contra el aburrimiento, la pereza y la indolencia.

Pero sobre todo, es una fábrica de imágenes y sensaciones alegres, risas y sonrisas que nos ayudan a «tomarnos menos en serio» y a volver a ser niños.