La historia de la Montaña de Tindaya

Tindaya es el lugar que en la época prehistórica los aborígenes del antiguo pueblo Maho, los primeros habitantes de Fuerteventura, destinaron al culto y la espiritualidad.
En el área de la montaña existían más de 300 grabados podomorfos (es decir, representaciones de siluetas de pies humanos), orientados hacia el punto del solsticio de invierno.
Grabados como estos se encuentran solo en Fuerteventura, Lanzarote y el norte de África, pero solo la montaña de Tindaya alberga tantos.
No se conoce el significado exacto de estos dibujos: se descubrió que los grabados de Lanzarote están dirigidos exactamente hacia Tindaya, mientras que los encontrados en Tindaya están orientados de manera extremadamente precisa hacia la puesta de sol en diferentes épocas del año.
En el solsticio de invierno, esto coincide con la posición del Teide (volcán de Tenerife, la montaña más alta de España) y hacia la isla de Gran Canaria. Quedan muchos misterios por descubrir.
Montaña de Tindaya: un monumento natural que debe ser respetado
La montaña de Tindaya es un lugar único, rico en historia, cultura, arte, magia, misterio, introspección y, lamentablemente, especulaciones y proyectos controvertidos.
En 1987, solo la cima de la montaña de Tindaya fue reconocida como Monumento Natural.
Esto no impidió la explotación de las partes inferiores de la cima, que desde 1991 se ha convertido en una cantera para extraer traquita, un tipo de roca volcánica.
Afortunadamente, esta actividad ha terminado, aunque ha dejado cicatrices visibles en la montaña.
La Montaña de Tindaya: Bien de Interés Cultural de Fuerteventura
Ante hallazgos de tal relevancia arqueológica, se espera instintivamente que las instituciones tengan la firme intención de proteger este patrimonio de todas las formas posibles.
En Tindaya ha ocurrido algo difícil de comprender.
La montaña en su totalidad es un patrimonio histórico y cultural, pero inexplicablemente solo la cima ha sido declarada BIC (Bien de Interés Cultural), como si fuera un pedazo de tierra flotante en el aire.
Es como si se declarara como patrimonio histórico solo la cúpula de San Pedro, sin extender la calificación a la basílica subyacente.
Para muchos, esta extravagante decisión se tomó para permitir la realización del proyecto del famoso escultor español Eduardo Chillida, quien propuso vaciar literalmente la montaña para «crear un monumento que exalte el vacío».
Se destinaron más de 12 millones de euros para llevar a cabo un estudio de viabilidad del plan de Chillida, aunque no está claro cómo se gastaron.
La sociedad civil se opuso de inmediato a este proyecto, recurriendo a la justicia para bloquearlo y argumentando de manera convincente que «el monumento ya existe y es la propia montaña”.
El concepto fundamental no es que la montaña sea sagrada porque los aborígenes prehispánicos grabaron allí las figuras podomorfas, sino todo lo contrario. Las grabaron allí porque la montaña era sagrada para ellos.
Gracias a la lucha incesante de muchos habitantes del pueblo, movimientos ecologistas y el comité «Tindaya no se toca», en marzo de 2023 finalmente se decretó que toda la Montaña de Tindaya es BIC (Bien de Interés Cultural), y por lo tanto está completamente protegida de futuras especulaciones y destrucciones.
Prohibido subir a la Montaña de Tindaya sin estar acompañado por un guía autorizado
La mayoría de los grabados podomorfos son prácticamente invisibles a la luz del sol, por eso, sin darse cuenta y sin malas intenciones, simplemente caminando, se han destruido muchos de ellos.
Por esta razón, las instituciones han prohibido la subida y las visitas a la Montaña de Tindaya: es necesario solicitar un permiso a la Consejería de Medio Ambiente para escalar la montaña, y solo se puede hacer si se va acompañado por un guía.
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Montaña de Tindaya: un paisaje nuevo cada día
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Cada día descubrirás paisajes diferentes, al igual que cada atardecer que ilumina nuestro jardín es diferente.
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